Por Rev. Daniel Samuel
La palabra perdón es una la mas utilizada por
la gente .
Cuando dos personas se chocan unos con otros se
dicen perdón.
Cuando están conversando y quiere interrumpir
se dice perdón y en muchas otras circunstancias mas .
En este sentido están usando perdón como
excusa.
Sin embargo perdón es mas profundo en su
esencia y en su significado que solo una excusa.
Perdón consiste en tener compasión por el
otro..
El acto de perdón permite de ser liberado de
cualquier atadura emocional que tienes y de cualquier deudas.
Sin la compasión el perdón no funciona,
El Maestro nos enseña en la oración que debemos
pedir a Dios perdón por nuestras ofensas en las medidas que nosotros lo hacemos
con otros que esta en la misma situación que nosotros.
Por lógica a no hacerlo estamos diciendo a Dios
no merecemos su perdón porque no hemos perdonado a otros.
Durante su ministerio terrenal el Maestro Jesús
ha dado una enseñanza de perdón que va directamente en consonancia con el
perdón que rezamos en el Padre Nuestro. Ver Mateo 18:23 -32.
El rey tenia compasión por el funcionario
deudor le perdono una deuda millonaria. Pero este ultimo en realidad no estaba
en disposición de perdonar a otros que le debía una miseria,
Su indisposición de tener compasión por su
prójimo le costo la perdida millonaria que acaba de recibir.
Jesús desde la cruz tenia y mantiene compasión
por la humanidad.
Las torturas brutales de la crucifixión
normalmente producían gritos, maldiciones e improperios dirigidos a los
participantes en la ejecución, pero nada de esto sale de los labios del Hijo de
Dios.
La primera, la cuarta y la séptima de sus
palabras son plegarias. Al principio, a medio camino y al final de su agonía
clama a su Padre. No perdió conciencia de su relación con Dios: le llama:
“Padre”; ni perdió de vista su misión: no oró diciendo: Perdóname, porque era
el Cordero sin mancha y sin contaminación que quita el pecado del mundo.
Había venido a buscar y a salvar lo que se
había perdido.
Al principio de su pasión en la cruz no piensa
en el daño que los hombres le hacían a él sino en el que se hacían a sí mismos,
y ora “Padre, perdónalos…”. ¡No quites tu misericordia de ellos... aunque no
tengas misericordia de mí! No debemos considerar estas palabras sin tomar en
cuenta lo que enseña la Biblia.
Cristo no pedía perdón incondicional para todos
los que participaron en el crimen de la cruz, ya que esto no sería consecuente
con la justicia de Dios ni con la libertad del hombre.
Cristo murió para que la justicia y la
misericordia de Dios, juntas, ofrecieran perdón al hombre que lo buscara.
Dios sólo perdona a individuos que se acercan a
él con fe; no a una multitud que no desea ser perdonada. Al decir: “Padre,
perdónalos” Cristo se separaba de la raza humana y sin expresarlo con sus
labios decía a su Padre: Y condéname a mí.
Esa era la única forma en que Dios podía
perdonar al hombre.
Cristo pagó lo que no debía, “el castigo de
nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías
53:4,5). Oraba diciendo: Perdónalos, yo llevaré el castigo que merecen.
Esta oración no justifica la ignorancia de los
hombres. Los que despreciaron al Mesías y crucificaron al Autor de la Vida
tendrían que pagar por ello. El significado de la oración es aparente en las
palabras del apóstol Pedro en el pórtico de Salomón: “Mas ahora, hermanos, sé
que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros gobernantes. Pero
Dios ha cumplido así lo que había antes anunciado por boca de todos sus
profetas, que su Cristo había de padecer. Así que, arrepentíos y convertíos,
para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del
Señor tiempos de refrigerio” (Hechos 3:17-19).
Muchos creyeron, y la oración del Salvador fue
contestada. Si no hubieran creído hubieran sufrido la consecuencia terrible de
su maldad. Cristo todavía intercede a favor de los pecadores, pero llegará el
día cuando él será el Juez que juzgará a los que le despreciaron.
Acepte usted la gracia y el perdón que hoy le
ofrece. Aprovecharlo y no lo desprecies el tiempo del juicio se acerca. Pero no
sabemos exactamente el momento ni el día, ni la hora pero es cierto vendrá, prepararnos
ya, teniendo compasión por el otro a fin de que Dios tenga compasión de
nosotros. Creedme Dios es fiel.
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