DE KINDER GARDEN.- La niña entre tres y
cuatro años sentada a la mesa mete la mano en el plato del padre, y éste
sorprendido pregunta: “¡Oh! ¿Y eso?”, y ella con la mayor inocencia
responde: “Papi, tienes que aprender a compartir”. Entonces contó su
experiencia de esa mañana en el colegio, cuando la profesora tomó su
merienda y la juntó con las de sus compañeritos y todos comieron de una
sola bandeja, sin ningún tipo de exclusión ni discriminación. Eso que
ocurrió, y debe seguir ocurriendo en kinder garden, es lo que muchos
perredeístas no comprenden ni aceptan: que en política o en el partido,
al igual que esos párvulos, se puede compartir. Si no golosinas, por lo
menos aspiraciones, propósitos y hasta liderazgos. No tienen una
educadora que los obligue, pero de adultos deben recordar maneras que
promuevan la solidaridad y la convivencia. Tal vez Hipólito Mejía no, en
Gurabo, pero sí Miguel Vargas, en la capital, pudieron recibir esas
lecciones de humanidad. Que no debieron olvidar, aun cuando bíblicamente
se habla que no solo de pan vivirá el hombre…
TODOS EN LA ESTACADA.-
El cuento viene a camino porque los perredeístas, en ese afán, locos
por pelear, no ven las realidades que se ponen delante de sus ojos. La
transición se hizo larga hasta para el chisme, y los perredeístas
tuvieron que angustiarse igual que los peledeístas esperando que el
presidente electo decidiera su gabinete. Los seguidores de Hipólito
Mejía fueron más insidiosos y daban por seguro que sus oponentes
internos irían a altos cargos. Los de Miguel Vargas no les hacían el
juego, pero era evidente que confiaban, aguardaban y creían en la
posibilidad de que el reparto los alcanzara. Los decretos nunca son
malos y la buena sombra cobija y da fresco. Sin embargo, al paso de los
días, esas expectativas se fueron esfumando. Hasta el día de hoy ningún
perredeísta cercano a Vargas fue nombrado, y por lo que se ve y se dice,
los sombreros se acabaron y muchas cabezas de peledeístas siguen
destocadas. ¿Qué fue lo que falló que Danilo Medina no buscó refuerzos
entre los perredeístas, ni del lado de Vargas, pero tampoco de Mejía?...
BUSCARON SU LADO.-
Esa burbuja estalló sin que nadie le pusiera la mano, y sin que el sol
fuera más caliente que el verano. La lógica de la circunstancia mandaba
que se nombraran perredeístas en cargos de importancia, fuera como cuñas
para rajar más el palo del partido blanco, o por requerimientos de la
gobernabilidad. Incluso, hay que reconocer la buena voluntad de los
líderes perredeístas, puesto que fueron más que evidentes sus
ofrecimientos de colaboración. No lo dijeron con palabras, pero en
política los gestos son suficientes. Vargas hizo pública su disposición
de llegar a acuerdos, que en su caso no serían más que continuación de
los que firmó con Leonel Fernández. Mejía, por su lado, hizo plante y se
movió por el salón como la quinceañera que se sabe buena y espera que
el mejor de los galanes la invite a bailar. Dijo que con Medina
cualquier cosa, siempre que no fuera en el Palacio ni incluyera a la
gente de Fernández. Era una cuña a la inversa, pero en todo caso fuera
clara su búsqueda de acercamiento y –¿quién sabe?– de entendimiento…
ABRIERON EL PICO .- El
presidente Danilo Medina, aunque de naturaleza política rara, tiene sus
genialidades. Ahora, por ejemplo, hizo que los pajaritos del PRD
abrieran el pico sin que se sintiera obligado a echarles comida. No solo
no nombró a nadie de importancia, sino que tampoco tocó esas puertas, a
pesar de que ambas estaban totalmente abiertas. Nadie conoce de ningún
encuentro entre el Medina presidente electo o en funciones con las dos
cabezas del PRD. Es decir, que el PRD no está en el gobierno, y pudo
haberlo estado. La distancia de uno o de otro puede ser más larga o más
corta, pero no hay presencia física, y eso no es cualquier cosa.
Significa que la institucionalidad del partido está incólume, que
ninguno de los grupos faltó a sus normas, y que las suposiciones, además
de aviesas, fueron intentos fallidos de dañarse. ¿Cuántos no
advirtieron que no podía tratarse nada con el gobierno sin antes
conocerlo la Comisión Política, o denunciaron a compañeros con nombres y
apellidos que ocuparían posiciones en la administración de Medina? Con
esos, ahora, ¿qué se hace? El PRD sigue en la oposición, aunque fuera
–como se tiene visto– porque no los llamaron…
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