COBRAR SIN DAR UN GOLPE
Por J. J. Rosario
Desde que Joaquín Balaguer se estableció
como gobernante en el Palacio Nacional (1966), puso en moda lo de las famosas
botellas, que se traduce cobrar una remuneración económica sin dar un golpe ni
de karate, como decimos popularmente.
Esta mala
práctica continuó en los gobiernos de Don Antonio Guzmán Fernández, Salvador
Jorge Blanco, Leonel Fernández y en el actual que encabeza Danilo Medina
Sánchez.
Las
botellas no solo han estado en esos gobiernos que hemos mencionado, sino que están
también en todos los ayuntamientos y otras entidades de la República
Dominicana.
Es importante mencionar a los históricos Ingenios del Consejo
Estatal del Azúcar que tenían dos nóminas, los que desempeñaban una labor real
cumpliendo con 8 horas de trabajo y los que inclusive preguntaban dónde está la
caseta de pago para retirar un dinero que no justificaban.
Esto de las botellas ha contaminado a todos los sectores de la vida
nacional, trayendo consigo el parasitismo, la vagancia y la corrupción.
El obrero es digno de su salario (1 Tim. 5:8), consigna el
apóstol Pablo a Timoteo en su carta, pero es quien desempeña una labor, aquél
que justifica lo que le pagan.
El mismo Apóstol en su segunda carta a los Tesalonicenses 3:10
señala que el que no trabaja, que tampoco coma, queriendo decir que al vago por
conveniencia no se le debe dar comida y mucho menos aquél que entre comillas
conocemos como ¨vividor¨.
Aparentemente nadie ha querido erradicar esa malsana práctica
porque esto se le traduce en votos y simpatías, mientras a quien cobra sin dar
un golpe de placer, decir que está pegado, aunque viva arrodillado ante quien
le paga.
A la verdad que es una bochornosa práctica, pero los que están
en eso dicen: QUE BUENO ES COBRAR SIN
DAR UN GOLPE.
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