7 COSAS QUE DEBEN MANTENERSE EN SECRETO
1. Lo primero que
no es necesario difundir son tus planes para el futuro. Evita hablar de ellos hasta
que estos no se cumplan. Ninguna de nuestras ocurrencias son
ideales, es más, tienen una gran cantidad de debilidades, por
lo cual es muy fácil golpearlas y destruirlas todas.
2. En segundo lugar,
no debes compartir el misterio de tu caridad. Un buen acto es algo
extraordinario en este mundo, y justo por eso debes guardarlo como
tu tesoro más valioso. No te alabes por tus buenas obras. Este
tipo de actitud puede conducir rápidamente a la arrogancia,
y esta no es la mejor característica que puedes tener. ¿De
acuerdo?
3. En tercer lugar,
no hay que demostrarle a todo el mundo tu austeridad. No comentes
de un lado a otro tus limitaciones en tu alimentación,
sueño, relaciones sexuales, etc. La austeridad física trae beneficios,
solo si está en armonía con tu parte emocional.
4. En cuarto lugar,
es necesario callar sobre tu valentía y heroísmo. Todos nosotros nos enfrentamos
a diferentes tipos de pruebas cada día. Unos reciben pruebas externas
y otros internas. Las pruebas externas se ven, y por ser vistas,
la gente recibe recompensas, pero nadie se da cuenta
de la superación de las pruebas internas, por eso por ellas
no se recibe ninguna recompensa.
5. En quinto lugar,
no vale la pena divulgar tu conocimiento espiritual. Es solamente tuyo
y no hay por qué compartirlo con nadie. Revélalo a otros solo
en caso de que sea realmente necesario, no solo para ti,
sino también para los demás.
6. En sexto lugar,
y en especial, lo que no debes compartir con otros son tus
conflictos de hogar y vida familiar. Recuerda, mientras menos hables de los problemas
de tu familia, más fuerte y estable será. Las discusiones son
para deshacerte de la energía negativa que se ha acumulado
en el proceso de diálogo. Mientras más hables de tus
problemas más creerás en ellos.
7. En séptimo lugar,
de lo que no vale la pena hablar es de palabras
feas que escuchaste de alguien durante tu jornada. Te puedes manchar las botas
en la calle, como también puedes manchar tu conciencia.
La persona que al llegar a casa cuenta todo lo tonto que
ha escuchado por la calle, no se diferencia de la persona
que llega a casa y no se quita los zapatos
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