LO DE AHORA.- El éxito de un partido se mide de muchas maneras, pero la oposición quiere tapar el sol con un dedo y atribuir los triunfos electorales del PLD a una sola cosa: el uso excesivo de los recursos del Estado. Sin embargo, fuera bueno que observara el actual escrutinio, pues la competencia por puestos en los órganos y organismos de dirección muestra algo más: un partido vivo, vigoroso, fervoroso y participativo. La opinión pública se interesa por los posibles roces entre Leonel Fernández y Danilo Medina, sus máximos líderes, pero debiera mirar más abajo. Nunca antes en el PLD afloraron tantas aspiraciones, y parece una locura, ya que la consulta tiene características de elecciones nacionales. Las redes fueron tomadas por asalto, y por igual las ediciones online de los periódicos impresos, y las portadas de los medios digitales. Hasta vallas en las carreteras y afiches pintados en vehículos propios y ajenos. La inversión, sin duda cuantiosa, revela algo nuevo como fenómeno público: el orgullo peledeísta. La vanidad del político, primero, pero igual la identidad partidaria...
LOS ÁRBOLES.- El bosque Danilo Medina y Leonel Fernández no dejan ver los árboles, y los árboles son esas centenas de compañeros que se afanan por ocupar posiciones en los organismos del partido, y algunos de los cuales, al no contar con el patrocinio directo de los líderes, hacen sus diligencias de manera personal. Incluso, usando todo tipo de medios, pues las denuncias abundan y dejan claro que las escaleras no se regalan y a veces cuestan más de lo acostumbrado. La política es la política, y ninguno de los partidos ni tampoco sus dirigentes escapan a sus vicios. Hay un voto que se da y hay otro que se compra, y al momento de contarlos, desgraciadamente, valen lo mismo. Culpas del tiempo y no de España. Cuando era un partido de organismos, se ganaba con poco. Ahora que es una organización de masas, se requiere mucho. Además ¿por qué ser más papitas que el Papa y quedarse en la gatera cuando se tienen los recursos a manos llenas?...
LOS MEDIOS.- Puede considerarse un péndulo, pero en todo caso interesante: con la categoría política se alcanza categoría social, y viceversa. ¿Acaso no es un pecado contra los principios y la democracia interna patrocinar listas cerradas, como se supone harán quienes pertenezcan a las conocidas fraternidades? No puede entonces criticarse a quienes busquen llegar a las posiciones metiendo las manos en los bolsillos y dispensando favores a los compañeros políticamente débiles. Decían que los peledeístas eran diferentes, y todavía se habla de que las bases actúan de manera distinta a sus iguales de otros partidos. Sin embargo, parece que no. Que por contaminación o degeneración, como el mono, brincan por la plata. Sino, nadie se atreviera, o no se produjeran esas denuncias en los medios que afectan el proceso, en particular, y a los aspirantes, en su conjunto. Y no se sabe hasta ahora de ninguna acción disciplinaria ni de advertencia firme, como si el fin justificara los medios...
EL DAÑO.- La experiencia es interesante, y falta poco para ver sus resultados. Si el PLD puede abrirse tanto que las modalidades de fuera sustituyan las de dentro. En todo caso, y contrario a lo que se cree y dice, al partido lo dañan desde arriba y no desde abajo: las bases bailan al ritmo de la música que les tocan. Si se retrocede en el tiempo y se observa al PLD antes de Leonel Fernández, o de sus horas de poder, se recordará que no era un partido de repartir canastas. Ahora sí, y como tarea imprescindible. Alguna vez lo escribí y vale repetir la anécdota de un dirigente del PRD que por estos tiempos tomó dos cajas, una vacía y otra llena, y dijo a la concurrencia: --“Esta caja está vacía, véanlaÖ”-- y la abrió y o mostró cartón solo. --“Ö aquí están los principios del partidoÖ”ñ De igual modo tomó la otra y la levantó como la hostia al momento de la consagración: “ÖEsta, por el contrario, está llenaÖ ¿Cuál de las dos prefieren?”ó y como si decidieran entre Cristo y Barrabás vocearon: “¡La llena, la llena!”...
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