MIS LECTORES

lunes, 28 de mayo de 2012


Dificultades de Hipólito para ser líder opositor

Orlando Gil 
LAS PALABRAS.- Hipólito Mejía dijo “con toda claridad y firmeza que los resultados ofrecidos al país por la Junta Central Electoral son el producto de la manipulación y el abuso de poder y no la expresión de la voluntad libérrima del pueblo, lo que es inaceptable para un demócrata como yo”. Bien, muy bien. Aunque había advertido que no le harían coca, sus propias palabras son un claro mentís. Solo que a renglón seguido se hace el loco y deriva ventaja de una situación que denuncia impúdica: “A la luz de lo dicho y ante la realidad de que más de dos millones de dominicanas y dominicanos desafiaron el poder absoluto y depositaron su voto a favor de nuestra candidatura, asumo mi rol de líder de la oposición...”. La decisión parece lógica, y fácil,  pero la verdad que no. Por ejemplo, Mejía debe explicar cómo puede ser oposición de un gobierno que es “el producto de la manipulación y el abuso de poder”, si en la misma pieza afirma que ese hecho es “inaceptable para un demócrata” como él. Puede jugarse con los conceptos, pero nunca con un  poder delegado...
LA REALIDAD.-  Hipólito Mejía usa el mismo parámetro que denuncia del gobierno, en cuanto a la manipulación y abuso de poder, cuando se declara “líder  de la oposición”. De entrada hay que aclarar  que ese término no existe en una democracia presidencialista como la dominicana, sino que es uno de los tantos lujos de la democracia parlamentaria propia de naciones institucionalmente más desarrolladas. ¿Cómo puede ser líder de la oposición si sus fuerzas en la única cámara en que su partido tiene representación es menor que las de su nemesis? La semana pasada hubo una reunión entre el ex candidato y diputados del PRD, sin que fuera precisa la cantidad. En todo caso, hubo compañeros que fueron a oír para que no les contaran, o a vivir la experiencia y tener su propia historia, o  a simplemente comprobar si la actitud era de hostilidad, ya que algunos de los presentes fueron  acusados ñ en los momentos cruciales de la campaña ñ de haber tomado dinero del gobierno. Esto es, de haberse vendido por un plato de lentejas o por treinta monedas como Judas...
EL ROL.-  La lógica de Hipólito Mejía lleva a consideraciones que podrían calificarse de perversas pero que están implícitas en su discurso. Los dos millones de dominicanos que desafiaron lo que llama poder absoluto y  votaron  a favor de su candidatura, fue apostando a que sería presidente de la República y no líder de una oposición que entonces como ahora no está definida. Además, si él lo cree así ¿a qué tanto pataleos y mezquindades si nadie hasta ahora niega que alcanzara esa cantidad de sufragios, y a  Danilo Medina no le interesa constituirse en su propia oposición? De haber dicho desde un principio que le interesaba ser líder de oposición, “la manipulación y abusos de poder” no se hubieran producido, y la campaña electoral se hubiera desenvuelto en el mayor de los sosiegos y evitado las tantas crispaciones que se originaban en las advertencias, amenazas, denuncias y acusaciones del principal partido de oposición. De quienes debe cuidarse es de figuras del mismo PRD, que quieran competir en ese campo, o de los medios de prensa, que puedan regatearle esa condición...
QUIEN.- Decía que lo de líder de oposición es uno de  los lujos de naciones institucionalmente más desarrolladas, que ese papel forma parte del sistema. No lo asume el dirigente político que haya fracasado en unas elecciones, ni quien ataque más la administración, ni tenga coyunturalmente las mayores simpatías en un partido. Se trata de otro gobierno, que se califica “de la sombra” y se le considera  alternativa o futura sucesión. De ahí que sea importante la opinión del mandatario, primer ministro, en las democracias parlamentarias, o presidente, en las presidencialistas. Danilo Medina deberá en su momento dejar claro a quién prefiere. Mejía lució lanzado, desesperado por ocupar ese espacio, como si se fuera a ir en la primera guagua. Incluso puede hablarse de una posible equivocación. Medina habló de restablecer sus relaciones personales con la familia Mejía, y cuando se refirió al nuevo régimen,  hizo su llamado al  PRD, el cual  tiene un presidente que no es el ex candidato. De manera que eso de asumir no puede darse por descontado. Se necesita algo más que voluntad, aun y a pesar de los dos millones de votos...

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